Estas son dos preguntas que hacen a menudo los pacientes a los profesionales de odontología: ¿Cuántas veces al día debemos limpiarnos los dientes? Y entonces: ¿ cuántas veces al año debemos realizar una higiene bucal profesional en la consulta? Empecemos diciendo que hay muchos factores que afectan a la higiene bucal, algunos de los cuales ya hemos mencionado en nuestra guía que contiene los 5 secretos para tener unos dientes limpios y unas encías sanas.
Ahora te contestamos a la pregunta del título de nuestro artículo, en cuanto a la higiene bucal doméstica, empecemos por desmontar un mito: ¡lavarse mucho los dientes no es malo! Muchas limpiezas domésticas no dañan el esmalte, siempre que se utilicen los métodos e instrumentos adecuados. Por esta razón, el paciente debe ser adecuadamente instruido y motivado para evitar técnicas de cepillado inadecuadas o el uso de pastas dentales y cepillos demasiado agresivos, que pueden dañar el tejido gingival. Lo que cuenta, pues, es la calidad del cuidado en casa: puedes cepillarte los dientes hasta cinco veces al día sin conseguir el resultado deseado si lo haces de forma incorrecta. Por lo tanto, lo más importante es utilizar los métodos adecuados para mantener una buena salud dental y de las encías. Lo más importante es que sigas los consejos que tu dentista te puede aconsejar para la limpieza en casa de tus dientes y encías, para una correcta limpieza sin dañar tu sonrisa.
Pero, por otro lado, ¿es realmente necesario cepillarse los dientes después de cada comida como hacen algunos pacientes? No, no hace daño, pero no hace más efectivo el resultado final, es decir, el control de la placa bacteriana. Por lo tanto, el consejo es no pensar en cuántas veces te has cepillado los dientes y te has pasado el hilo dental: dedica 5 minutos a tu salud bucal, dos veces al día. Será suficiente si lo haces con cuidado y con la técnica adecuada. Buen cepillado y utilización del hilo dental serán técnicas eficaces de limpieza bucal.
En cuanto al hilo dental: ¡no sólo sirve para eliminar los restos de comida entre los dientes! Se utiliza para eliminar la placa bacteriana entre los dientes, donde las cerdas del cepillo no llegan. Por lo tanto, es importante utilizarlo si se quiere tener unos dientes realmente limpios. Sin embargo, es cierto que es un poco complicado de usar y requiere instrucciones detalladas del higienista para que sea eficaz y no cause daños en las encías (algunas personas causan verdaderos daños en las encías por usar el cepillo de forma incorrecta).
Aunque pienses que los cepillos interdentales son una alternativa al hilo dental estas equivocado porque sólo están indicados cuando la encía interdental ha retrocedido y deja un espacio accesible al cepillo. En el paciente «sano» a menudo no pasan fácilmente y pueden lesionar la encía. También requieren instrucciones precisas de uso: siempre es recomendable evitar el bricolaje, es decir, evitar la actividad manual de limpieza profunda como aficionada, sin recurrir a profesionales de odontología.
La higiene dental profesional, es decir, la realizada por un dentista o higienista, también conocida como raspado o comúnmente como «limpieza de dientes», es una cuestión diferente. El objetivo es eliminar el sarro, que no es más que la placa bacteriana que no se ha eliminado y que se mineraliza fisiológicamente en el diente debido a las sales de calcio que normalmente contiene nuestra saliva. La fuerza de adhesión del sarro es tal que sólo puede ser eliminado por el dentista o el higienista utilizando instrumentos profesionales. Importante utilizando instrumentos de profesionales no cualquier herramienta que encuentres en tu hogar y que lo haga un profesional.
Así que, el proceso de formación de sarro está relacionado con la frecuencia y la calidad de la higiene bucal en el hogar, por lo que, obviamente, en una condición de mala higiene en el hogar, las formaciones de sarro aumentarán más rápidamente, con el consiguiente aumento del riesgo de caries y de los problemas de encías relacionados.
Para mantener una buena salud bucodental, se aconseja a los pacientes que no tienen predisposición a la enfermedad periodontal que se sometan a una higiene bucal dos veces al año y que visiten a su dentista al menos una vez al año para evaluar los múltiples aspectos de su salud bucodental. A la larga este hábito de revisiones periódicas al dentista te va a salir mucho más rentable que no realizarlas los costes aumentaran considerablemente.
La situación es diferente para los llamados pacientes «periodontales», es decir, aquellos que tienen una predisposición, debido a una serie compleja de factores genéticos e inmunológicos y también sistémicos (por ejemplo, la diabetes), a desarrollar una inflamación crónica causada por bacterias. Para ellos, obviamente, es fundamental un diagnóstico precoz y, en cuanto a la prevención, un programa individualizado de sesiones de higiene bucal, cuya frecuencia depende de la capacidad del paciente para controlar lo mejor posible la placa bacteriana. Así que puede llegar a una sesión cada tres o cuatro meses cuando sea necesario.
Para un buen cepillado tu dentista te aconseja elegir un tipo de cepillo además de pasta de dientes.
Existen cepillos manuales de cerdas duras, cerdas intermedias y cerdas blandas, la dureza de las cerdas según la sensibilidad de las encías. También tenemos cepillos eléctricos que retiran con más facilidad los restos de comida gracias a sus movimientos para distintas direcciones. Como mencione antes están los cepillos interproximales y existen de diferentes grosores según las necesidades de las personas. Y para la periodontitis existe unos cepillos específicos con unas cerdas muchísimos más blandas y así retirar los restos de comida que se encuentra entre los espacios de los dientes con mucho más cuidado sin lesionar más la encía.
Si esta recién operado de alguna intervención en la boca también existen cepillos dentales postquirúrgico también con cerdas extremadamente suaves.
¿Y se ha hecho la higiene dental profesional en los últimos 6 meses? Si tu respuesta es no pide cita a un especialista.