Smart cities series: Melbourne

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En la décima posición del ranking 2017 Smart Cities Index de EasyPark se encuentra la ciudad australiana de Melbourne, la primera ciudad del continente oceánico en ser nombrada entre el top 10 de ciudades más inteligentes del mundo, dos posiciones por delante de la capital, Sydney. ¿Por qué? Te lo contamos a continuación:

Parking inteligente: el proyecto Open Data Platform incluye todo tipo de datos que pueden servir para facilitar el día a día del ciudadano. Por ejemplo, la plataforma proporciona información acerca de los parkings de Melbourne, como la disponibilidad de plazas o el tiempo que lleva cada coche aparcado, todo ello actualizado cada dos minutos para asegurar que los datos son recientes y relevantes. Es una herramienta de especial interés para las muchas personas que conducen hacia la ciudad desde los alrededores cada día por trabajo.

Un bosque urbano: la plataforma digital Urban Forest Visual recoge información acerca de los más de 70.000 árboles plantados en Melbourne. Se trata de un mapa virtual que, además, permite al usuario navegar entre las calles de la ciudad y seleccionar cada árbol para conocer más acerca de su estado. Entre otros datos de interés, se puede descubrir cuántos años de vida tiene la planta o a qué especie pertenece. El principal objetivo de la iniciativa es mostrar la diversidad y el estado de salud de la vegetación local para concienciar acerca de los problemas que pueden surgir en este sentido.

CityLab: un espacio donde poner a prueba ideas rompedoras cuyo principal objetivo es mejorar la calidad de vida para los ciudadanos de Melbourne. Problemáticas transversales como el cambio climático o el crecimiento de la población se abordan mediante esta plataforma que funciona tanto de forma online como dentro del edificio del ayuntamiento. En CityLab, la clave a la hora de crear soluciones es trabajar codo con codo con el usuario final del producto o servicio en elaboración para conocer a fondo sus necesidades. Además, la iniciativa promueve el uso de los mínimos recursos y la participación máxima de los ciudadanos.

En definitiva, en la ciudad de Melbourne no falta información al alcance de los ciudadanos. Además, estos pueden involucrarse en numerosos proyectos para desarrollar el modelo Smart City de la ciudad, consiguiendo así una mejor calidad de vida para todos.

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