Cómo acostumbrar a tu perro a estar en la jaula

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Aunque nos pueda generar un cierto rechazo de forma inicial, las jaulas para perros son un accesorio necesario y nos puede resultar muy práctico para diferentes situaciones. Aunque nos pensemos que no, para nuestra mascota le puede servir de lugar de descanso donde sentirse seguro o pasar un rato relajado, por no hablar de que será así la forma más adecuada para viajar con nosotros. 

En este post vamos a hablar de la forma óptima de usar las jaulas, y cómo acostumbrar a nuestro amigo peludo a ellas.

No creo que sea la primera persona, que al oír de hablar de jaulas para perros le aborrezca la idea. Yo al menos, veía su uso desde la perspectiva equivocada, no dejaba de pensar que era una cárcel para ellos. Lo percibía como una especie de prisión o castigo, en las que sus dueños les dejaban para que no les desordenaran la casa o bien para que directamente no les molestaran.

Sin duda, habrá gente que lo emplee así, pero deben de saber, si no lo hacen ya, que una jaula nunca se debe utilizar durante periodos largos, y muchísimo menos nuestra mascota debe de percibir que ese lugar es una forma de castigo.

Al contrario, tu perrete debe de ver su jaula como su refugio, un lugar para él solo, seguro y en el que puede ir a relajarse cuando él quiera. O puede también ser un elemento de descanso en el caso de que haya tenido algún tipo de cirugía, o nos sirva para que viajen con nosotros a cualquier lugar de forma segura en el maletero de nuestro coche. 

Debemos de tener claro que elegir una jaula para nuestro perro es una tarea complicada, ya que, aunque no se debe utilizar, como hemos dicho, durante periodos muy largos sí que es cierto que, dependiendo de nuestro estilo de vida, puede que necesitemos utilizarla con frecuencia.

Te recomendamos echar un vistazo a las jaulas para perros de Jaulanimal, que son sin lugar a dudas algunas de las mejores para nuestros amigos.

Lo que hay que tener claro, que el bienestar de nuestra mascota es lo primero y fundamental, de forma que debemos de adaptarnos a las necesidades de ellos. Una vez elegido lo que nuestro perro necesite, ya podremos dejar volar un poco nuestra imaginación o guiarnos por nuestros gustos. Debemos prestar especial atención a la dimensión de la jaula. Es de vital importancia que la jaula sea del tamaño correcto para que el perro pueda moverse dentro, darse vuelta sin dificultad, tumbarse de diferentes posturas o ponerse totalmente de pie si lo desea.

Una vez ya tengamos la jaula más adecuada, llegará el momento de presentársela a nuestro fiel amigo de forma correcta. Los perros tienen un instinto de guardia muy desarrollado, pero sí que es cierto que hay que enseñarles el uso de ésta, de forma que ellos lo perciban como algo positivo y agradable. 

Con la jaula montada y preparada, habrá que dejarla con la puerta abierta, de forma que él o ella por sí solos puedan entrar y salir, se sientan con libertad de acercarse o puedan olfatearla. Como truco, podemos utilizar algún trocito de comida alrededor de ella para despertar su interés. 

A continuación, se puede dejar premios dentro de la jaula, pero nunca empujarlo para que entre, se trata de que sienta libertad hasta estando dentro de ella. Los premios se le pueden ir dejando a la entrada de la puerta, y conforme vayan investigando la zona irá dejando el premio más y más dentro, hasta que entre totalmente dentro de su jaula. Pero insisto, lo que nunca debemos de hacer es forzar la situación, empujarlos u obligar. Nuestra mayor virtud debe ser la paciencia. 

Una vez veamos que empieza a meterse dentro de la jaula, podemos probar a meterle dentro su juguete favorito, lo normal sería que entre a cogerlo y raudo y veloz nos lo traiga para que podamos volver a tirárselo. De esta forma lo que le estamos enseñando es que relacione la jaula con cosas positivas, que lo vea como algo que puede ser divertido. 

Una vez entre y salga sin problema, lo que recomendamos es dar los premios por los barrotes, una vez esté totalmente dentro, pero con la puerta abierta al menos hasta que veamos que está totalmente relajado o a gusto, y es ahí donde empezaremos a cerrar la puerta. Como siempre y en todo lo que queremos crear un hábito debemos de ir de menos a más, en este caso, empezaremos cerrando la puerta durante periodos cortos y mientras le mimaremos, ya sea con caricias o con premios.  

Lo común sería que en este punto nuestro perro ya no tenga ningún tipo de miedo a la jaula y la vea como algo que le aporta vivencias positivas. Y será el momento de empezar a dejarle periodos más largos con la puerta cerrada. Puede ser útil, al menos las primeras veces que va a estar ya durante un tiempo más prolongado dejarle un juguete, para que tampoco se aburra en exceso. 

Si tenemos paciencia, y hacemos estos pasos, sin forzar u obligar, habremos creado unos cimientos sólidos para que lo vea como su refugio y no lo relacione con una cárcel. Podemos meter su cama o juguetes y seguro que llega a pasar horas dentro sin tener la necesidad de cerrar la puerta, pero en el caso de que se creara alguna necesidad para cerrarla, él no lo vea como algo traumático o algo que se sale de lo normal. 

Debemos de matizar que en caso de que nuestro perro padezca ansiedad no es buena idea utilizar la jaula, mucho menos si es para que no se coman todos nuestros muebles. En caso de que nuestro can padezca ansiedad, es recomendable llevarle a un experto en comportamiento canino, para que nos enseñe pautas a seguir para el caso concreto del perro.  

Y tampoco debemos de dejarle durante muchas horas, o mientras que no nos encontramos en casa, ya que la dificultad para moverse por el buen tamaño que tenga la jaula y la falta de estímulos puede hacer que nuestro perro sufra. Debemos de tener claro y fomentar la idea de que jaula, es su lugar de paz. 

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