Cuando vas a hacer deporte, si quieres disfrutarlo, además de tu preparación física que tiene que ser acorde, debes de tener en mente, equiparse debidamente. En cualquier disciplina, es absolutamente imprescindible. Y en la equitación no va a ser menos. Muchas veces, nos fijamos solamente en la estética, que, sin duda, no hay que perder de vista. Pero en este caso, necesitas que las botas que elijas, te den la comodidad necesaria para poder aguantar las horas de entrenamiento, o las de competición, por lo que debe de tener una calidad óptima.
Cuando vas a comprar unas botas de equitación, deben de tener unas características especiales, y precisamente de eso te vamos a hablar.
Debes de fijarte de la altura, necesitas que su caña sea alta, y que cubra casi hasta la rótula. Si la caña es corta, además de que no favorece nada en el aspecto estético, puede darte problemas con los faldones. Ten en cuenta, que la bota, con el uso pierde en torno a dos centímetros, por la amortiguación y por las arrugas que se van formando por el uso.
Evidentemente fíjate en la talla. Aunque en otros deportes sea lo contrario, en botas de equitación suele ser un número menor del que usas en tu calzado habitual. La bota si es de piel, cederá, pero al ser un número más pequeño, no permitirá que el pie esté demasiado suelto, para que no pierdas firmeza ni seguridad. Evidentemente, siempre hablamos de cuero, de una bota de calidad, que sin duda te aconsejamos que una vez pienses en hacer un deporte así, inviertas en buenas calidades, que harán que estés mucho más cómodo y más seguro.
Y por supuesto, ten en cuenta el ancho. Pasa algo similar a lo que te comentábamos de la talla. Cuando lo pruebes la primera vez, debes de buscar que te oprima el gemelo, la pierna, o bien que te cueste subir la cremallera. Si no está debidamente sujeto, cuando el cuero dilate, el calzado estará demasiado ancho, y puede ocasionar rozaduras, e incomodidad, e incluso provocar que se tenga menos soltura a la hora de practicar el deporte. Muchas veces, recomendamos que, al montar, la primera semana, se haga con la cremallera sin abrochar totalmente, para poder ir adaptando poco a poco la bota a la pierna. Sin causar tampoco ningún tipo de herida, o una incomodidad extrema.
Dependiendo de la importancia que des a este deporte, es decir, de si inviertes muchas horas o por el contrario es un hobbie que te ocupa una hora al mes, si lo ves como algo profesional, la mejor de las opciones es adquirir unas botas personalizadas, hechas a medida. De esta forma, la medida, el material y la horma, será la que mejor se adapte a ti. Evidentemente el precio no será el mismo que en las que se pueden adquirir en un centro comercial, pero debes de sopesar si la inversión te resultará rentable y si son las botas que necesitas para poder realizar en las mejores condiciones posibles este noble deporte.