Volar con niños a Tenerife

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Volar con niños siempre es un gran reto para cualquier adulto. La razón es que los chicos se pueden sentir encerrados a bordo y con todo el agotamiento del viaje pueden llegar a estar irritables o hacer travesuras incómodas para los demás pasajeros. Sin embargo, si estamos planificando volar a Tenerife para nuestras próximas vacaciones y no sabemos qué hacer para controlar a los pequeñines, acá hay algunos consejos para que se sientan bien y se comporten mejor.

Cubrir todas las necesidades

Como padres es nuestra responsabilidad evitar que los chicos se sientan incómodos. Es por eso que viajar con niños representa dificultad extra, pues además de todo lo que debemos hacer para cumplir con los requisitos aeroportuarios, los horarios, el abordaje y los itinerarios, también debemos asegurarnos de que los chicos permanezcan a salvo y se comporten en todo momento.

Primero debemos saber que los niños son niños y quizá no entiendan muchas de las situaciones que debemos enfrentar al viajar, como las temibles esperas en la sala de embarque, o el tener que sentarse por horas en el asiento del avión. Incluso para los adultos puede ser difícil sentirse bien, así que si queremos que los pequeños no exploten durante el vuelo debemos mantener la calma y proveer todo lo que sea necesario.

Es importante que los chicos coman bien antes de abordar, que vayan al baño y que llevemos medicinas en nuestro equipaje de mano por si sienten algún malestar. Además, debemos también asegurarnos de que tengan la ropa adecuada para que no pasen frío durante el vuelo, ni calor.

El truco para volar con niños

Llevar algunos snacks saludables es una buena opción para evitar que sufran ataques de ansiedad, pero siempre es importante evitar los alimentos con demasiada azúcar pues en lugar de calmarlos los alteran. Que no se nos olvide llevar un poco de agua para mantenerlos hidratados.

 Los juegos son importantes para evitar que se aburran y quieran salir corriendo, es por eso que se recomienda a los padres llevar cuadernos de colorear, libros de cuento, tablets, reproductores de música y audífonos o cualquier otra cosa que les ayude a mantenerse distraídos.

Si nos toca distraer a los chicos y no tenemos ninguna de estas herramientas podemos acudir a algunas revistas en el avión. Algunas aerolíneas ofrecen revistas sobre el destino al que viajamos, folletos informativos, folletos inmobiliarias y folletos con ofertas.  Siempre podemos tratar de improvisar y hacer uso de lo que tengamos a la mano.

Si son vuelos largos lo más natural es que los chicos quieran dormir, así que de ser posible llevemos una pequeña almohada para que los pequeños puedan descansar.

Volar con niños no tiene que ser una experiencia terrible. Lo importante es mantener la calma en todo momento y hacerles sentir que es una jornada emocionante. Que la imaginación nos guíe y que Tenerife sea el premio mayor después del buen comportamiento. Ánimo y buena suerte.

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