El libro del Té de Kakuko Okakura

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Siempre me ha parecido que uno de los periodos más interesantes de la Historia fue la época en la que Japón empezó a abrirse al mundo en el Siglo XIX. Dicho cambio no sólo tuvo grandes influencias en la cultura japonesa, como por ejemplo redactar su primera Constitución, sino que permitió que los occidentales tuvieran acceso a la cultura nipona. La importancia del rito, la tradición y el símbolo pronto impresionaría a los occidentales acostumbrados a un arte mucho más eficiente y científico. En este contexto, Kakuko Okakura escribe El libro del Té, un tratado que pretende ilustrar a los neófitos de la cultura japonesa sobre esta bebida y su significado en la sociedad del país.

Desde el primer Okakura defiende fervientemente la cultura japonesa, que en aquellos momentos se encontraba bajo la presión de las potencias industriales que no entendían e incluso ridiculizaban las costumbres de los asiáticos. El choque cultural fue tremendo y Okakura quiere reafirmar la validez (o incluso la superioridad) de la cultura japonesa frente a los europeos. En su libro intenta explicar la filosofía que se encuentra detrás de esta bebida, y que el denomina teísmo. Resalta como toda la Humanidad se ha acabado juntando en una taza de té, y como esta bebida es mucho mejor que otras bebidas más populares en otras latitudes (no es arrogante como el vino, ni se da importancia como el café, ni la inocencia del chocolate). El camino de la expansión del té no fue fácil y se nos detalla la oposición que tuvo en el pasado al llegar a otros países.

También nos explica Okakura las diferentes escuelas del té, que pone de relieve la evolución a la hora de cocinarlo y beberlo. Pero sin lugar a dudas la parte más interesante es aquella en la que el escritor habla de la conexión entre el té y dos escuelas de pensamiento vitales en el lejano Oriente y cuya sabiduría a ido llegando con cuenta gotas en Europa: el taoísmo y el zenismo. Ambas escuelas de pensamiento orientales, de un fuerte perfil individualista y relativista, entroncan con el té y en cierto modo son la contraposición del confucianismo y el budismo, las otras dos grandes corrientes asiáticas. Tanto el Tao como el Zen ensalzan la vida mundana y tratan de encontrar la belleza en los actos cotidianos de la vida. Esta atención a los detalles explica la creación de la ceremonia del té y que es la puesta en práctica de estos valores.

A partir de ahí Okakura hace un tratado de estética donde disecciona la forma en la forma de apreciar el arte de hoy en día. Pese a ser claramente tradicionalista, y este libro es un claro ejemplo de ello, no basa el valor de un objeto por el mero hecho de ser antiguo. Naturaleza y arte se enlazan gracias a la belleza. Un ejemplo de integraciónde ambas son los arreglos florales, cuyo nacimiento es paralelo al del teísmo. De nuevo el balance y el simbolismo aparecen en esta disciplina.

El único punto amargo de este libro es que soy consciente de todo lo que no he llegado a absorber de él, bien por las naturales limitaciones de la traducción, bien por la falta de información y conocimiento en Occidente de ciertos conceptos. Este libro es la punta de un iciberg, el portal donde uno empieza a vislumbrar otro mundo cimentado con diferentes preceptos al que habita y que siente la imperiosa necesidad de investigar. ¡Por cierto! aparte de la edición que figura al pie del post, Kindle tiene en su tienda este libro totalmente gratuito.

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